El Cornellá se ha convertido en "una
piedra en el zapato" de nuestro equipo. En los dos partidos en los que nos
hemos enfrentado hemos estado en un tono medio. Sin jugar del todo mal, nos ha
faltado algo de precisión en algunos pases y algo más de garra o "rabia".
Estoy convencido de que el tiempo
distorsiona la memoria y por tanto la realidad. Transcurrió mi semana pensando
que el Cornellá era, probablemente, el mejor equipo del grupo y que nos había
ganado con solvencia en la primera vuelta. Era, pues, el partido de ayer, una
prueba de fuego. Antes de desplazarnos al Parc Esportiu visioné el partido de
ida y comprendí que estaba equivocado, el 2-5 no fue un baño; se debió
principalmente a fallos puntuales defensivos y al ¿sistema? de
juego del Cornellá, rozando el antifutbol.
La historia se repitió, nos
ganaron 5-3 gracias al jugador con el dorsal número 18: 4 goles y 1 asistencia(desvío
de un tiro a puerta). Todos los remates fueron potentes chuts de este niño.
Dudo que hicieran alguna jugada dando tres pases seguidos, pero no porque
fallaran en alguno de ellos (como nos pasó a nosotros) sino porque ni lo
intentaban.
Esta temporada ya no nos vamos a
volver a enfrentar, con lo cual, le cojo prestado a María Dueñas el título de
una de sus novelas y me propongo una: "Misión olvido". A seguir
luchando en los partidos que nos restan, ya que seguimos con opciones de quedar
primeros de grupo.
Salud
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